"La chica en Llamas"// Katniss Everdeen

Era excelente haber pasado la mayoría de edad, de lo contrario no podía aparecer y desaparecerse a su gusto. Seguramente los Dioses estaban pendientes de todos los magos y brujas menores de 18 años, obviamente también se habían impuesto otras marcas de seguridad en los alrededores pero ella era lista y muy buena hechicera, era difícil burlarlos-más aún al contar con los serrvicios de algunos aurores- pero no imposible de lograr.

Decidió aparecer en el bosque, junto al lago. Nunca aparecía directamente en el campamento por precaución, la seguridad de los rebeldes no se vería amenazada mientras ella pudiera evitarlo.

El sol estaba en lo más alto reflejando sus rayos en las aguas del lago, aspiró un poco de esa humedad que tanto le gustaba percibiendo el aroma de la naturaleza en todo su esplendor. Sonrió y empezó por encaminarse hacia el campamento cuando oyó unos ruidos provenientes del otro extremo del lago. Paró en seco y se deslizó detrás de un árbol de tallo ancho. No estaba segura de quien se trataba, tal vez era un rebelde que había venido a entrenar a orillas del lago o tal vez no...

Se deslizó con sigilo hasta llegar a unos metros detrás de la persona a quien aún no reconocía. No podía arriesgarse, ni tampoco lastimar a un rebelde asi que optó por un hechizo aturdidor leve. Inhaló profundamente y salió detrás de los arbustos en que estaba oculta-¡ Envertestatil!- exclamó apuntando con su varita al individuo, que ahora se encontraba en suelo aturdido. El fin del hechizo es desiquilibrar al oponente empujándolo hacia atrás. Hermione dio unos pasos hacia delante sin dejar de apuntar con la varita- ¿Quién eres tú?- inquirió, mientras descubría el rostro de una joven, no más de 18 años. Pero no, no debía bajar la guardia.

Hoy había salido pronto junto al lago, quería repasar las flechas, afilarlas un poco más, arreglar las que estuvieran deformadas o la pluma rota y comprobar que mi arco estaba en condiciones, era mi arma y además fue un regalo de mi padre, no podía permitir que se deteriorara o rompiera por completo. Asimismo el día anterior contemple en la superficie que existían peces en aquel lago. También podía cazarlos, la barrera del agua sería útil para recordar cuando cazaba en el estanque del bosque de Osadía, para llevar comida a casa o intercambiarla por otros avíos más necesarios, en el Quemador. Vivir en el campamento no iba a cambiar mis costumbres, no podía dormirme en los laureles. Nos enfrentábamos a dioses y sus protegidos, estábamos en una clara desventaja que si no nos entrenábamos esa desigualdad acrecentaría considerablemente.

No sé exactamente que paso, mi cuerpo recibió un impacto y caí hacia atrás, sintiendo la gravilla clavándose en la piel, había oído una voz de mujer, entonces vi a una joven apuntándome con una vara de madera. Cierto, no solo habían semidioses, dioses, nephilims, vampiros y lobos. También existían brujos, con un poder que me dejaba sin palabras. No era el momento para analizarlo, no respondí cuando me preguntó, de un movimiento brusco rodé hacia la orilla.

Atrapando el arco, y colocando una flecha directa hacia ella, no sabía si era mi enemiga o aliada, no podía fiarme de nadie, ¿Quién no decía que era aliada de los dioses y venía a enfrentarse a todos los que encontrase? ¿Y si era una rebelde más que solo estaba vigilando? – Katniss Everdeen, Rebelde de Osadía. ¿Y tú, aliada o enemigo? – la seguiría apuntando mientras ella me señalara con la varita, podría arrancarme el arco y lanzarlo a veinte metros, que seguiría peleando hasta el final.

Sus pies plantados en la tierra, erguida mostrando seguridad, con la frente en alto. No estaba temerosa, ella parecía un blanco fácil frente a una bruja. La observó moverse hacia su arco. Hermione permaneció en su lugar, tranquila sin dejar de apuntarle con su varita. Si intentaba lanzarle una flecha podría repelerla en un santiamén. Oyó las palabras de la joven.

Hermione relajó el brazo que sostenía su varita, "Katniss Everdeen", la ganadora de los juegos por supuesto. Era bastante famosa entre los Dioses y las demás facciones.

A pesar de pertenecer a la misma facción no había tenido la oportunidad de conocerla personalmente, menos aún estaba enterada de que pertenecía a los rebeldes, chascó la lengua en señal de fastidio, no le agradaba en absoluto perderse informaciones tan importantes como esas ¿y si le estaba mintiendo y venía como espía de los Dioses? era ganadora de los juegos, tenía reconocimiento de ellos ¿por qué no estaría de su lado?; la castaña dio un paso hacia ella pero se detuvo. Levantó la varita en dirección al arco que la joven aún sostenía- ¡Expulso!- exclamó, arrojando así el arma a unos seis metros de su portadora.

Esta vez si caminó hasta ella, quedando justo enfrente mientras le apuntaba- Hermione Granger, bruja-empezó y sonrió ante la innecesaria aclaración- Rebelde de osadía- bajó su varita y le tendió la mano- Es un placer chica en llamas.