Osadía, pocos la poseen// Libre

Un nuevo día había llegado y tal como le era costumbre Hermione ya estaba despierta, sin embargo no tenía demasiadas ansías de comenzar el día como un peón más de los Dioses, uno en el que los obligaban a convivir bajo reglas demasiado estrictas.

Aunque Hermione siempre fue partidaria de las reglas ya que aportan con el orden y el respeto no le hacía ninguna gracia que los separaran de esa forma. Recordó el día en que los separaron en facciones, Luna ya no estaba, y por más que muchas de las veces no concidiera con su forma de pensar la echaba de menos. Lo único que la aliviaba era que Harry y Ron fueron a la misma facción que ella, no pudo evitar hacer una comparación entre las facciones y las casas de Hogwarts.

Pero eso no era Hogwarts, por supuesto que no lo era. En Hogwarts los integrantes de las diferentes casas podían compartir uno con otro, no separados de esa manera sin ningún contacto alguno. Hermione sabía perfectamente que lo hacían para evitar un levantamiento, pero ella tenía la certeza de que no pasaría mucho tiempo para que todos empezaran a darse cuenta de lo absurdo que todo eso pintaba.

Caminó escaleras abajo, dejando su habitación atrás, se recogió el cabello en una coleta y se dirigió en dirección a los pasillos. Esa una regla más, el desayuno era a las siete en punto, sin discusión. Suspiró un poco mientras veía a otras personas cruzarse con ella en el pasillo. Tenía que admitir que aún seguía embelezada con las distintas razas que conformaban su facción, si bien había leído sobre nephilim, era distinto verlos.

A   lo   lejos   pude  ver a  mi  inseparable  e  incondicional  amiga  de  la  infancia, esa  sábelo  todo  que  demuestra  ser  mas  que  un  cerebrito   andante  por  años   me  ha   dejado   sorprendido   y  me  ha   salvado  la   vida   con  su  intelecto.
Había  llegado  algo  tarde  al  desayuno  porque  ser  auror  no  es  un  trabajo  fácil,   en   especial  al  ser  el  jefe  de  departamento de  ésta   agrupación,  pero   tenia   que   estar en  el   comedor   con  las   facciones ... osadía,  ¿ como  no?   Muchas  veces  me  han  preguntado   sí  llegaré  a  tranquilizarme   alguna  vez, si   acaso   cambiaré  mi   forma  de  ser   y   me haré  una  persona  mas  tranquila, yo simplemente   me   encojo  de  hombros. Soy  así  ¿que  se  le  va  hacer?

Hermione  y  Ron  también  están  en este  grupo, como  los   viejos  tiempos  en  Griffyndor,  sólo  que  las  cosas  han  empeorado.

— son   como   tú  y  yo,  Hermione... “humanos” — le   dije   a   mi   amiga  en  un   susurro   mientras   me   sentaba   con  la   bandeja   de   mi    desayuno    a   su   lado — la  única   diferencia   es  que  son   capases   de  ver   ángeles  y   demonios — me  tomé  un   sorbo  de  jugo — a  veces  pienso   que  mis  padres  y  Sirius   son  ángeles — comenté   reflexivamente.   Suspiré   y   cambié   de   tema  drásticamente  bajando  un  poco  más  la  voz
— escucha, los  aurores   estamos   pensando  en  unirnos  a  la  causa,  pero para  que  no existan  problemas  con  el   ministerio,  sólo   reclutaremos  a  unos  pocos,  máximo  ocho  o   diez  ¿  que  me  dices,  te  unes?

Una voz familiar le sobresaltó y giro el rostro para encontrarse con unos ojos verdes amigables. La castaña suspiro aliviada- ¡Harry! te dije que ya no te aparezcas así- se arregló algunos mechones que caían desordenados sobre su rostro, frunciendo el ceño para luego arquear una ceja en dirección a su amigo- ¿Como tú y como yo?- inquirió con incredulidad- Si algo está claro, es que aquí ninguno es exactamente igual- Se removió en su asiento, miró su bandeja de comida pero el apetito no hacía acto de presencia.

No había querido regañar así a su amigo, pero toda esa situación estaba poniéndola nerviosa, intranquila. Aunque también tenía que admitir que se encontraba fascinada con las distintas razas que ahora podía ver. Los nephilim no eran humanos, sino una especie de mestizo entre un humano y un ángel, tenían sangre de ángel...era eso los que los hacía especiales. Por otra parte ya había oído a alguno de ellos llamar a otro "mundano", era obvio que ellos no se consideraban parte de los "humanos" tal y como lo había dicho Harry.

Oyó las últimas palabras del muchacho, pero tardó unos segundos en procesar la información. Cuando lo hizo, golpeó a Harry en el hombro con un pergamino que había traído de la biblioteca. Sus ojos se abrieron como platos en señal de reproche- Shhhh!! podrían oírte- miro a los lados de la larga mesa, pero ninguna les había puesto especial atención a los dos magos que yacían casi en el centro de esta. Luego de cerciorarse, sus ojos volvieron a Harry- Por supuesto que sí, Harry. Pero no creo que este sea el lugar adecuado para hablar de esto- Su voz se tornó tranquila y sus ojos se dirigieron ahora al pergamino que tenía en su poder. Observó las líneas trazadas de lo que parecía ser un mapa- Esto- dijo, enseñandole el pergamino ya enrollado- Es un mapa de Hogwarts, cuando estaba en primer año me hice de él, para no llegar tarde a mis clases y me ha servido bastante bien- susurro- ¿Sabes lo que eso significa?- le sonrió satisfecha de si misma.

— shiii, calma no  lo  dije   tan   fuerte— le  murmuré  mientras  miraba  de  un  lado  a  otro puesto que ella  al  subir  la  voz   acaparó  algunas  miradas— en  fin,   sabia  que  me  dirías que  si,  eres  la  mejor, Hermione,  es  enserio — contesté  sintiéndome complacido— escucha se  que  crees que  este  no  es  el lugar ni el momento;  pero  es   de   vida  o  muerte — continué  con  el  mismo tono; de  vez  en  tanto  me  erguía  para  comer y  aguardar  las  apariencia,  tomé  otro  sorbo  de  jugo  mientras  de  reojos  miraba  a Luna con  un  deje  de  nostalgia, echaba de menos sus locuras, esas ideas inteligentes que sólo algunas personas entendíamos y que sólo se trataban de razonamientos complejos y pocos comunes en una chica de su edad.

Dejé  el  baso  a  un lado y luego  continué — escucha, repartí  una  moneda  mágica  a  algunos  de  mis  hombres,  tal  como lo  hacíamos  en  el ED. Hogwarts dejó de  ser  la  escuela  que  conocíamos  como  institución, pero  sigue  teniendo  las  mismas   cualidades mágicas de  siempre,   así que  nos veremos en la  sala  de  los menesteres  en una  hora.  

Luego  de  explicar  todo   eso,  volví  a  mirar  a  Luna  y  le  dirigí  una  mirada  de  complicidad,  pues  ella   también  estaba  al  tanto  de  todo.

Ante la insistencia de su amigo, la castaña le prestó toda la atención pero en disimulo, sin llamar demasiado el interés de los demás compañeros. Sus ojos paseaban del rostro de Harry hasta volver a depositarse en su desayuno. Meditaba y reflexionaba sobre las palabras de este.

Pero de repente- ¡¿Qué?!- exclamó y se cubrió la boca rapidamente, consciente de que esta vez había sido ella quien alzo la voz más de lo debido. Guardó la calma, cerró los ojos y suspiro, miro a algunos compañeros que le echaron ojos luego de ese gritito. Sonrió indicando que todo iba bien.

-¿Estás seguro? Hogwarts no es el lugar mas apropiado para organizar reuniones rebeldes en estos momentos- susurro a Harry. Tomó una de sus manos y la apretó fuerte- ¿No crees que es mejor fuera?- hizo una pausa pensativa y luego de un minuto continuo- ¿Cuántos son?.

— eso  también  está cubierto— respondí — sólo  seremos  algunos pocos,  creerán  que estamos  aquí   por  motivos  oficiales   del ministerio,  los dioses  nunca  se  darán  cuenta,  tampoco  las  facciones,  somos  aurores,  los  que  mantenemos  la  ley  y  el  orden  en  nuestro  mundo, además  estamos  en  Hogwarts, el  lugar mas  seguro  para  los  magos— expliqué — los  aurores  queremos  reclutar a quienes  estamos  seguros nos  seguirán  en  esta  campaña... entre ellos— miré  disimuladamente  hacia  otra  mesa — Luna, Ginny, Ron y Neville.  Aun  confio en  ellos
Suspiré,  tomé  otro   trago  de  mi  jugo y tras  tragarme  un  trozo  de  pastel continué —  toma —dije— dáselas  a ellos—le di por  debajo  la  mesa  las   monedas  mágicas— y  diles  que  los  esperamos  en la  sala  de  los  menesteres.

Diciendo  eso me  eché  a  la  boca  otro  trozo  de  pastel   que  a  penas  podía  tragar  pues  me encontraba  bastante  nervioso.

Tardó unos momentos en decir palabra alguna, se dedico a observar a Harry por unos momentos. Su expresión demostraba seguridad absoluto, esa era una de las cosas que admiraba de Harry, su determinación en cuanto a momentos dificiles se trataba, él jamás dudaría en sacrificarse por una causa justa. Tomó las monedas de las manos del muchacho ofreciéndole una sonrisa dulce, asintió.

-Esta bien- se colocó un mechón de cabello detrás de la oreja, un gesto que tenía siempre y cuando estaba nerviosa- Tú sabes bien que nosotros, tus amigos- empezó refiriendose a los demás chicos mencionados anteriormente por él- te apoyaremos pase lo que pase, sin embargo- tragó saliva y continuo- en cuanto a Luna que está en otra facción, será dificil que pueda asistir a las reuniones sin ser notada ¿no crees?- como siempre no podía evitar pensar en todos los detalles