Alec Ligthwood

  Alec es un chico alto, de constitución algo nervuda pero no es débil ya que los constantes enfrentamientos con los demonios le han hecho una persona ágil y bastante fuerte. Aunque esa fuerza no suele entreverse demasiado debido a cómo viste Alec. Alec suele vestir sudaderas y vaqueros que ocultan sus músculos, esto es debido a que Alec no quiere ser el centro de atención, le incomoda muchísimo el que las otras personas le miren fijamente. Tiene el pelo negro y los ojos azules, y algunos dicen que se parece a su antepasado Will Herondale, que es su viva imagen. Como todos los nephilim tiene tatuadas diversas runas que le ayudan a la hora de librar las batallas. Estas runas una vez usadas dejan un rastro, una serie de cicatrices blancas. Estas junto con algunas cicatrices que las runas no pueden curar, le cubren el cuerpo. Pero Alec se siente orgulloso de llevarlas, ya que simbolizan vidas inocentes salvadas. Comenzó a cuidar un poco más su imagen cuando Magnus entró en su vida, mejorando su autoestima.

  Un chico inseguro que no quiere llamar la atención. ¿Por qué? Para proteger su secreto. El que no es como los demás, el miedo a perder a sus seres queridos si se descubriese su condición de homosexual ha sido algo que ha torturado a Alec durante años. Forzándole a mantener un perfil bajo y serio para intentar desviar la atención. Ha asumido siempre el papel de hermano mayor en toda la extensión de la palabra, siempre haciéndose responsable de sus hermanos y siendo bastante protector y paternal con ellos. De hecho ha sido la figura paterna de sus hermanos debido a la distancia que tenían sus padres en ocasiones con ellos. La voz de la razón y de la sensatez. Se dice que él ha matado menos demonios que Jace y su hermana Isabelle, y es verdad, pero la razón de esto no es otra que Alec estaba cuidándoles las espaldas a ambos para impedir que les atacasen por la retaguardia. Es bastante reservado a la hora de hablar de temas que le afectan de manera personal, así como a la hora de confiar en la gente. Pero una vez toma confianza es una persona cercana y leal. Al ser desconfiado e inseguro, tiende a tener celos, cosa que le ha llevado a tomar decisiones equivocadas al juzgar erróneamente. No es una persona muy enamoradiza que digamos, para él no existen varios amores pequeños, sino uno grande y que le dura mucho tiempo. Debido a esos celos y a esas inseguridades cometió errores, errores que le costaron su relación con Magnus. Su gran amor. Desde entonces se ha sentido tan destruido que se ha involucrado más en la lucha. ¿Luchar por el perdón? Claro que lo ha intentado, pero la situación se ha complicado tanto que el pelear contra los demonios es casi una bendición para él. Al menos no fallado en eso.  

  Sus padres son Robert y Maryse Ligthwood. Nació justo en la época del Levantamiento, cuando Valentine Morgensten y el Círculo se alzaron contra la Clave. A pesar de ser entonces un bebé fue castigado igual que sus padres, puesto que pertenecía a una familia de "traidores" a la Clave. Dos años después, nació su hermana, Isabelle. A la que siempre ha estado muy unido, siendo de hecho ella de las pocas personas que sabían de su sexualidad. Cuando él tenía 9 años e Isabelle 7 nació su hermano pequeño, Max. Su familia se completó el día en el que Jace se vino a vivir con ellos, cuando Alec tenía 11 años. Ambos muchachos empatizaron rápidamente convirtiéndose poco después en parabatais.

Se crió en el instituto de Nueva York junto a sus hermanos. Fueron instruidos por Hodge Starkweather, otro miembro del Círculo. A pesar de mantener un perfil bajo se convirtió en un cazador de sombras, en un guerrero. Sus cuchillos eran lo que se interponía entre los demonios y personas que no podían verlos. Siempre cuidando de Jace e Isabelle, formando los tres un gran equipo. Hasta que conocieron a Clary, al principio Alec se mostró muy desconfiado con la pelirroja puesto que creía estar enamorado de Jace. Pero poco después descubrió lo que era amar de verdad. Se enamoró de Magnus Bane, el Gran Brujo de Brooklyn. Gracias a Magnus Alec comenzó a cambiar, a tener más confianza en si mismo y se atrevió a desafiar a la Clave al besar a Magnus en público antes de la batalla contra las huestes de Valentine. Cierto que tuvieron un "descanso" pero lo peor estaba por llegar. Las tensiones de la guerra, la inseguridad... eso ya estaba ahí listo para ser aprovechado por Camille, una vampira y ex-amante de Magnus. Alec calló en el juego de la vampiresa, lo que le costó la confianza de Magnus haciendo que ambos rompiesen. Si, Alec debería haber confiado en Magnus haberle hablado de esas charlas que estaba teniendo con Camille y que le estaban creando serias dudas acerca de qué significaba para el brujo. Pero no lo hizo.  

Durante un tiempo estuvo llamando a Magnus, implorándole una segunda oportunidad. Pero Jace, su parabatai, su hermano de espíritu le hizo parar en esa "locura". Pensaba que tanto Alec como Magnus lo superarían con el tiempo pero se equivocó. Alec entonces se rebeló contra los dioses del Olimpo siguiendo a su hermana, Isabelle. Algo que sorprendió a propios y a extraños pues Alec siempre había sido respetuoso con las normas, hasta aquel momento.  Desde entonces Alec se arriesga más en la lucha, a pesar de que Jace intenta frenarle. Pero es la única manera que tiene de aliviar su dolor y de buscar la redención por sus errores. Pero eso Jace no lo entiende, pero Isabelle, una vez más, si lo hace.  

 -Su mejor amigo es Jace, su parabatai.
-Durante años creyó estar enamorado de Jace pero estaba equivocado, como muy bien apuntó su parabatai lo estaba usando como excusa para no abrirse ante otras personas. Cuando por fin lo comprendió fue cuando apareció Magnus en su vida.
- Aunque es muy diestro usando los cuchillos serafín, su arma preferida es un arco con flechas.
-Tiene miedo a las arañas.
-Es muy bueno aplicando runas de curación.
-A pesar de todo el tiempo que ha pasado sigue enamorado de Magnus.
-Su segundo nombre es en honor de su tatara-tío, Gideon Ligthwood.