un poco de paz? /Percy/

Desde mi llegada al campamento de los rebeldes notaba que nada encajaba como debía encajar. Echaba de menos a mi madre, y me preocupaba pensar lo que le había podido ocurrir por haberme escapado de aquel lugar, aunque de aquello ya hacían 4 años, aun así, durante estos 4 años, no había recibido información ninguna sobre ella, pues sabía que en el momento que intentara contactar con ella los dioses se darían cuenta y podría hacerle daño o usarla en mi contra, así que lo mejor era evitar tener relación alguna con ella, es más, si los dioses pensaban que mi madre no me importaba nada, más oportunidades de seguir viva y tranquila tenia ella.

Sabía que desde entonces las cosas solo habían hecho que empeorar. Las facciones cada vez estaban más controladas, por no mencionar el hecho de que cada año recibían menos cantidad de comida. Por ese motivo no había día que no se me pasara por la cabeza meterme dentro del traje de unos de los guardianes e infiltrarme en la facción de abnegación para llevarme a mi madre de allí y traerla al campamento rebelde, un lugar mucho más seguro que aquella facción. Por supuesto, si no lo había hecho ya, había sido por el simple motivo de que estaba más que confirmado, que si una facción era la que menos sufría era la de abnegación debido al hecho de que esta facción evitaba interferirse entre los rebeldes y los dioses, podría comentarse, y afirmarse, que eran la facción más neutral de todos.

No hacía mucho más de media hora desde mi último entrenamiento en el campamento. Allí no había diferencias entre las mujeres y los hombres, e incluso habían muchas mujeres que eran mucho más fuertes que yo. Aunque llevaba allí más de cuatro años, había evitado llamar la atención en el grupo, mas que nada por el hecho de ser un semidiós, o más especifico, por ser el hijo de Poseidón, uno de los tres dioses que mandaban y habían provocado todo aquello.

Sabía muy bien, que si alguno de los campistas de allí se enteraba de ello solo podía causarme problemas, pues había mucha gente que no se fiaba de los semidioses, más que nada porque eran los hijos de estos y eran sus aliados, además de que muchos se infiltraban entre los rebeldes para luego entregárselos a los dioses. Yo no era así, no era un traidor, era un rebelde de corazón, pero sabía que no todo el mundo se lo creería, y mucho menos que me dejarían seguir por allí con tranquilidad, lo más seguro es que aprovecharan el hecho de que era hijo de Poseidón para usarme de moneda de cambio en la batalla.

Me acerque al rio para tocar el agua y de ese modo curar mis heridas, por supuesto este hecho nadie lo conocía y solía mantenerlo en secreto para evitar que me descubrieran. Justo cuando estaba a punto de meter mi mano en el agua, observe como una chica, no a mucha distancia de donde yo me situaba, sumergía los pies en el agua.

Evite rápidamente el contacto con el liquido y para evitar que sospechara nada, me acerque a ella mientras decía:-buenas, ¿Cómo te ha ido el entrenamiento?.-conocía a la joven de vista, pero era la primera vez que le dirigía la palabra.-por cierto, mi nombre es percy Jackson.