Entrenando con la hija de Atenea (Anabeth)

En todo este tiempo, en el que supe que soy una cazadora de sombras, me he entrenado con diferentes armas, en especial ahora que los dioses están mas peligrosos. En esta ocasión practicaba con la espada, blandiéndola en el aire pues la verdad me encontraba sola en esa ocasión, el campo era grande pero se veía aun mas grande cuando sólo era una o dos personas, incluso se producía eco al hacer ruidos o al hablar.

Y aquí era el lugar de los inadaptados, de los que no llevan etiquetas, osados, duritos, verdad ¿ por qué etiquetarnos así? ¿Que acaso no podemos ser valientes, inteligentes y sinceros a la vez? De verdad es lo mas extraño en este mundo, no como antes cuando existía la libertad de expresión.

Me detuve un poco, me estaba agotando este ejercicio, la verdad prefiero la pistola que dispara estacas , pero desde que mi mejor amigo Simon se hizo vampiro, he estado algo reacia de usar aquella arma, aunque tampoco la echo de menos, la verdad... los vampiros me agradan a pesar de todo.